Un hombre integral
Entre buenos días, apretones de mano y una sonrisa sincera llegaba Andrés Henao a la oficina y se hacía sentir, siempre de camisa y pantalón, todo un ingeniero al servicio de Bienestar Universitario. Se desempeñó como profesional de dirección, siendo la mano derecha del Profe Julio César Sánchez durante 4 años, siempre con la claridad de que Bienestar no es una oficina, Bienestar son las personas que trabajan en ella.
Andrés el ingeniero, Andrés el deportista, Andrés el amigo, Andrés el de los mandados, Andrés el matemático, Andrés el nadador, Andrés el familiar, Andrés el recochón, Andrés el rumbero, Andrés el coaching. Muchos Andrés en un solo hombre.
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Es el menor de 3 hermanos y hasta los 18 años vivió en el barrio Villa Hermosa. Su infancia transcurrió entre risas, juegos y la natación, deporte que ha practicado siempre desde pequeño y que dice él lo mantiene saludable, le da mucha paz, pues cuando comienza a nadar y solo quedan él y el agua empieza a meditar, a agradecer por cada cosa que le ha dado la vida, es en el agua donde Andrés se encuentra, donde se cuestiona y reflexiona.
Subía y bajaba cargando su pequeño balde repleto de arena, era un obrero más, pero uno en versión pequeña. Ayudó a su abuelo a construir la casa en la que vivió por muchos años, pues al pequeño Andrés siempre le gustó trabajar, ayudar, aportarle a los demás. Desde niño aprendió a pintar casas y a lavar carros, le ayudaba a su familia en estas labores y al final del día con el dinero que le daban, Andrés lo ahorraba, con el sueño de algún día comprarse una moto. En el colegio debido a su gran carisma siempre fue el chico de los mandados, conocía a muchas personas, profesores y alumnos de otros grados que veían en él un chico “avispado” que les podía ayudar en ciertas diligencias. A pesar de su carisma y capacidad de sociabilidad cuando cursaba décimo grado Andrés veía en los números y en las matemáticas su pasión, ahí entre problemas y operaciones descubrió que su futuro estaría en alguna ingeniería. Pensó en ingeniería electrónica pues también tenía un gusto por los videojuegos, los computadores y su funcionamiento, sin embargo uno de sus tíos quien era ingeniero industrial vio en Andrés cualidades para estudiar esta carrera. Sin pensarlo dos veces Andrés se presentó a electrónica en la UdeA y a Industrial en la U.N., él no sabía qué decisión tomar, pero la vida la tomó por él. Fue admitido en la Universidad Nacional y aquí empezó un camino de descubrimiento personal y de realización profesional.
Una vez en la carrera no dudó que efectivamente era lo suyo. Siempre se destacó y su promedio nunca estuvo por debajo de 4. Fue en la ingeniería donde rectificó su gusto por los números, pero también se dio cuenta que tenía actitudes de liderazgo. Andrés que siempre había sido un joven independiente quiso seguir ese camino y encontró en el programa de Estudiantes Auxiliares una posibilidad para seguir estudiando y ganar dinero al mismo tiempo. Su primera auxiliatura fue en la biblioteca Efe Gómez, en la cual hacía parte del proyecto de difusión del conocimiento. Al ser un hombre inquieto y con una constante búsqueda de conocimiento decide presentarse a Ingeniería Administrativa para una doble titulación pues sus actitudes de liderazgo lo llevaron a darse cuenta que la gerencia y el mercadeo también lo apasionaban. “Entre más busque el ser humano arriesgarse, desafiarse meterse presión rinde mucho más, decidí sacrificar muchas cosas para luego obtener resultados, para ser quien soy hoy” comenta Andrés quien asumió el reto de estudiar dos carreras, trabajar y seguir cuidando su cuerpo y mente a través del deporte.
En el 2015 Andrés obtuvo el título de Ingeniero Industrial, lo que le abrió posibilidades en el mercado laboral, pero para él era más importante estar en equilibrio y terminar su otra carrera, así que continuó trabajando en la U.N. como estudiante auxiliar pero está vez se vinculó a la sección de Acompañamiento Integral de Bienestar Universitario, en el Plan Par, estrategia que busca la asesoría académica para estudiantes PEAMA. Andrés quien siempre ha sentido una gran inclinación por ayudar a los demás vio en este nuevo trabajo la oportunidad para combinar la enseñanza con su pasión por los números. Gracias a su buen desempeño en esta sección, fue recomendado para ocupar el cargo de Profesional de la dirección de Bienestar Universitario, ser la mano derecha del Profesor Julio, ya no como estudiante auxiliar sino como profesional, como ingeniero. Desde ese momento Andrés se convirtió en una pieza clave para el desarrollo de las actividades y programas gestionados desde la dirección de Bienestar. Su labor va desde el análisis de información, la inteligencia de datos, el apoyo sistemático a las diferentes secciones, los mejoramientos de procesos hasta acompañar al profe Julio en la toma de decisiones y asistencia a reuniones. A pesar del gran trabajo que hace en Bienestar Andrés en el 2016 pudo terminar su segunda carrera, y obtuvo el título de ingeniero Administrativo.
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Tener dos títulos profesionales podría ser un motivo para tener un ego grande en nuestra sociedad, más aún cuando se es joven, pero Andrés no hace alarde de ello, trabaja en lo que lo hace feliz, pero siente que tiene otras misiones en la vida. Andrés en un momento de búsqueda personal conoció el coachinguna experiencia formativa para la vida que además la transforma “Me ayudó a sanar cosas con mi familia, vencer limitaciones, miedos, creencias limitantes del pasado. El coaching sirve para ampliar la conciencia, aprender a conocerse más, reinventarse y finalmente cuando ya te conoces a ti mismo, liderar personas”.
Estos procesos de liderazgo acompañados de la actitud emprendedora y positiva que siempre ha tenido Andrés lo ayudaron a consolidar su vida bajo 5 valores que trata siempre de mantener en equilibrio: El amor propio, la familia, la integridad, el respeto y la contribución mantienen firme la vida de Andrés y sobretodo le dejan claros sus sueños y proyectos para el futuro. Ser empresario, tener una fundación y viajar por el mundo con una intención son algunas de esas metas por las que Andrés trabaja y se mentaliza a diario.
En la vida y sobretodo en los trabajos los ciclos se cierran, y para Andrés, Bienestar Universitario ha sido la posibilidad de crecer, de aprender, de enseñar y de motivarse a continuar, y aunque su ciclo terminó aquí, se va feliz, consciente de lo que aportó y de lo que le aportaron.
Ahora Andrés regalará sonrisas y hará un gran aporte profesional en Bancolombia, empresa en la que inician nuevos retos para su vida.
¡Buen viento y buena mar querido compañero!