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Mujeres fuertes: el rugby en la U.N.

 

Se enamoró del rugby a primera vista, entrando por la portería de Coca Cola del campus El Volador, Solangie Delgado, vio a un grupo de hombres tacleándose, corriendo, gritando, haciendo pases; llenos de barro pero con una determinación y fuerza que le asombraron al instante. Era el 2008 y la U.N. se encontraba en paro.

-Muchachas miren

-Se ve demasiado bacano, pero mira ese balón tan raro

-¿Qué estarán jugando?

-Yo no se pero yo quiero entrenar eso

-Averiguemos si las mujeres pueden jugar

La Universidad Nacional sede Medellín fue el inicio para que la vida de Solangie cambiara por completo, desde pequeña había soñado con hacer parte de la universidad y cuando ingresó a la carrera de Historia no pensó que la U también le iba a dar una de sus grandes pasiones, el rugby. Solangie junto a otras estudiantes lograron que la sección de Deportes de Bienestar Universitario abriera el grupo femenino de este deporte que llevaba 40 años en la universidad, pero solo era representado por hombres. Ahora lleva 10 años jugando y es la entrenadora del grupo representativo y formativo de rugby femenino de la U.N, todo este proceso gracias a su disciplina, talante y amor por el deporte.

Solangie como entrenadora de “Cabras” (como es conocido el equipo tanto masculino como femenino de rugby de la U.N.) ha sido ejemplo para muchas mujeres que llegan a los entrenamientos con miedos e inseguridades respecto al rugby, pero también hay quienes llegan decididas a dejarlo todo en la cancha, como fue el caso de María Isabel Arzuaga, estudiante de cuarto semestre de Estadística y actualmente una de las jugadoras más destacadas del equipo. María practicó atletismo casi toda su vida, era una deportista destacada y llegó a representar al país en varias competencias, pero decidió dejarlo, y cuando entró a la U y conoció el rugby decidió intentarlo, pues no tenía nada que perder y su cuerpo le pedía deporte, lo intentó y lo logró: encontró en el rugby su pasión verdadera, una de las metas de su vida.  

Solangie y María Isabel son orgullo U.N., son el ejemplo de que ser mujer no es un limitante para ser fuerte, hay que verlas correar tras el balón oval, o derribar al oponente de un solo empujón para darse cuenta que eso del sexo débil no va con ellas.

Campeonas: Mujeres, estudiantes y deportistas

 

María Isabel Arzuaga- Foto por Juan David Armeto 

 

María Isabel nació en Bogotá, desde pequeña siempre le gustó correr, nadar, saltar y todo lo que implicara ponerle acción a su cuerpo, competir. Tiene 20 años. los ojos cafés claro y la mirada siempre atenta, su presencia inspira fuerza, una mezcla de rudeza y simpatía. Lleva poco tiempo en el rugby pero hace parte de Tucanes, la selección Colombia de rugby femenino, equipo que recientemente se coronó como bicampeonas centroamericanas. María nunca pensó que practicar este deporte le fuera a dar tanta satisfacción, “Yo antes pensaba que el rugby era para personas salvajes, y no me imaginaba en un deporte con tanto contacto, un día me animé a jugarlo y mi percepción cambió, ahora no concibo mi vida sin el rugby. Aún pienso que hay que ser un poco loco y salvaje para practicar rugby, pero descubrí que me gusta la adrenalina de los golpes y la competencia” Comenta María.

Aunque el deporte es una de sus bases, también es una enamorada de los números, las gráficas: de la estadística.  “En el colegio me destacaba en 3 cosas: en teatro, en deporte o en las matemáticas, para el resto no servía prácticamente”, dice María, quien ha encontrado en la estadística y el rugby un balance para su vida. María ha sido una de las fichas clave del equipo “Cabras”  que ha ganado los últimos dos últimos juegos Nacionales y se consolidan como una potencia nacional en el rugby femenino. “Para mí lo mejor del rugby es que se encuentra una familia, no solo en el campo sino en la vida. Es un deporte que requiere de mucha disciplina y el contacto que requiere te trabaja el cuerpo de una manera integral”.

 

                   Solangie Delgado.

Solangie es la única mujer de 4 hermanos y creció jugando con sus hermanos futbol, tenis, basquetbol. Desde pequeña el deporte estuvo presente, a su madre le gustaba el boxeo y nunca la cohibió de practicar alguno, aunque no fueran deportes tradicionales para las mujeres. Desde pequeña le gustaron las Ciencias Sociales y la investigación, nacida en Bogotá siempre tuvo la meta de ingresar a la Universidad Nacional, sin embargo, cuando llegó su momento decidió presentarse a Historia en la sede Medellín pues siempre ha sido una mujer con ideales de independencia y libertad. Aquí conoció el rugby, y desde el primer entrenamiento decidió hacerlo parte de su vida, empezó en cabras como una jugadora más, era delgada y pequeña, pero siempre fue muy ágil y disciplinada, poco a poco su contextura fue cambiando y adquierió la fuerza necesaria para ser una de las mejores, “El rugby es como mi carácter, me gusta porque es un deporte que tiene todo, puedes patear, puedes saltar, puedes taclear, puedes correr, las técnicas de otros deportes están en el rugby” señala Solangie.

En poco tiempo fue reclutada por la selección Colombia de rugby femenino pues con tan solo 18 años ya era todo un talento, y era lo que necesitaba el equipo en ese momento pues estaba renovando su equipo. Ahora Solangie lleva 10 años en la selección y ha conocido todos los países de Suramérica representando al país. Su mayor reto deportivo empezó en el 2012 cuándo el rugby entró en la lista de deportes olímpicos, con miras a los Juegos en Brasil 2016, Solangie junto al resto de la selección entraron en una etapa de preparación y entrenamiento intensivo para lograr la clasificación a los Juegos Olímpicos. “Solo clasificaba un equipo por Suramérica, las favoritas eran Argentina, pero nosotras logramos ganarles en un partido muy reñido en su casa la clasificación, Colombia sería el primer equipo suramericano en competir en el rugby olímpico”, después de la clasificación tenían 3 años de preparación en un circuito olímpico alrededor del mundo que les servía de entrenamiento, así que decidió suspender la carrera para poder realizar todos los viajes. Ya en los Olímpicos de Brasil, el equipo colombiano no tuvo el mejor resultado, sin embargo, el orgullo de portar la camiseta en representación del país fue suficiente, ya era toda una Azaña que un equipo de un deporte que es poco apoyado en el país estuviera compitiendo… En su mano derecha los círculos olímpicos tatuados son el recuerdo de un sueño cumplido, uno de tantos que el rugby le ha cumplido.

Su posición como mujer deportista ha sido fundamental para su carrera como historiadora, ahora está en último semestre y espera poder seguir aportando a la historia y al deporte colombiano. “Académicamente siempre he buscado juntar la historia con el deporte, me gusta la investigación y yo creo que el cuerpo habla y describe mucho, las sociedades en un deporte también se ven representadas, además historia de la mujer en el deporte colombiano hay muy poco” comenta Solangie.

El Rugby y los valores

-Usted como era de flaquita de linda, como se dejó dañar el cuerpo

-No, nunca me había sentido tan bien con mi cuerpo desde que juego rugby

Para Solangie y María el rugby es la mejor herramienta para fomentar el amor propio, y sobretodo el amor por el otro. A simple vista el rugby es agresivo y violento, en la práctica también lo es, al ser un deporte de contacto que busca derribar al oponente para avanzar y finalmente anotar, estos adjetivos le quedan bien. Sin embargo, dicen los deportivas que no hay deporte que fomente más la unión y el compañerismo como el rugby. Estar dispuesto a luchar con fuerza y hasta en el lodo por un compañero que ha sido derribado es tener una certeza de que sin él, el equipo está incompleto, darlo todo por el otro en pro del triunfo es parte de la esencia del rugby.

El rugby al fomentar la unión fue una de las estrategias usada en Sudafrica durante el periodo posterior al Aparheid, el presidente Nelson Mandela logró que todo el país apoyara a la selección nacional de rugby que tradicionalmente era un deporte de la gente blanca, pero con la intervención de Mandela y la determinación de los deportistas el país entero vibró con el triunfo de la selección en el mundial de Rugby de 1995, a partir de ese momento tanto negros como blancos vieron en el rugby la posibilidad de habitar su territorio de manera pacífica, sin violencia racial.